Estoy intentando a pesar de todo
lo que me ha pasado seguir adelante, tengo que confesar que las dos últimas
semanas he estado estable, si así se puede decir, no he tenido pensamientos
suicidas, alguna crisis de ansiedad de vez en cuando.
Existe una situación que me
descontrola y me hace perder el equilibrio, al parecer no tengo control sobre
ella, pero además tampoco puedo abandonarla de momento, sé que debo pasar por
esto, sé que debo vivir este dilema, sé que debo ser fuerte porque lo que viene
después será más fuerte aún y no puedo andar huyendo de la vida toda mi vida.
Una parte de mi quiere
sinceramente no intentarlo, es como si quisiera retroceder el tiempo hasta ese
momento en el que la aventura se iba a iniciar el momento en que sabría que a
pesar de todo iba a sufrir pero continué porque tenía que experimentar, quisiera retroceder el
tiempo hasta ese punto y con el conocimiento del dolor de ahora decirme: ¡Kathryn
detente! Sabes que no valdrá la pena, sabes que sufrirás, sabes que te va a
costar la vida, sabes que no debes hacerlo, no lo hagas por favor, solo se
fuerte y no sientas. Pero son palabras y formas de vida que no conozco, vivo al
límite, a la deriva y siempre hago cosas locas y extremas, casi siempre es demasiado
tarde y solo me queda asumir las consecuencias, como ahora, como hoy.
La diferencia es que ahora tengo
que tomar la decisión ya no como una chica loca sino como una adulta, una decisión
que me haga bien a mí y al resto de personas involucradas.
Además tengo que tener conciencia
de que me arriesgando sea cual sea el camino que tome. Lamentablemente como me
pasa siempre, no sé si puedo confiar en mí, no sé si puedo confiar en que la decisión
que tome hoy la respetaré la otra semana, si no me arrepentiré y querré hacer
lo contrario, por experiencia propia sé que esto puede pasar.
Soy un manojo de contradicciones
que se contradicen constantemente, de emociones encontradas permanentemente.