miércoles, 4 de mayo de 2016

Sobre tener una vida tranquila o equilibrada

Todxs estamos siempre a un paso de cambiar, empezar una dieta saludable, dejar de fumar, terminar una relación que nos destruye, abandonar un trabajo que nos hace infelices, siempre tenemos esa decisión en nuestras manos, pero nos cuesta la vida entera dar ese paso, quizá no porque sea difícil por el tan conocido miedo de al cambio, sino también porque tenemos miedo de fracasar aun en lo que aparentemente nos iba a dar tranquilidad.

Después de años de intentar alcanzar el equilibrio, me doy cuenta de que no se puede pasar de comer salchipapas a ser vegetariano de un día a otro, por más fuerza de voluntad y por más conciencia animalista que unx tenga, así como no se puede dejar de fumar o beber en exceso de un día para otro, creo personalmente que tiene que ver no solo con la idea de cambiar hábitos profundamente arraigados, sino que además cuando pretendemos cambiar, estar sanos, etc., nos obsesionamos con la perfección.

Empezamos mal, porque queremos pasar al extremo perfecto de la salud, del equilibrio, pero el equilibrio se logra yendo y viniendo de los extremos, conociéndolos y luego quedándose en medio.
No se puede decir de la noche a la mañana adiós a una torta de chocolate, más si esta ha sido tu única compañera en momentos de tristeza y soledad; y no es una apología al descontrol o a la comida chatarra, pienso que estar sanos es también disfrutar de lo delicioso con mesura y equilibrio que definitivamente no se logra de un día a otro.

Creo que lo más importante es no obsesionarse con el resultado, estamos bombardeados de publicidad de comida rápida y de alimentos light, que definitivamente ejercen una influencia en nuestras decisiones, no sabemos si es lo correcto o no, si nos hará bien o no, ni siquiera leer las etiquetas de los alimentos nos consuela; porque existe una verdadera avalancha de información de seudo-salud.

Finalmente creo que ni lo uno ni lo otro, y aunque sea fácil escribirlo soy consciente de lo difícil que es ponerlo en práctica. En mi caso hoy cociné mi plato favorito, que es altamente calórico, hice abundante ensalada, mientras comía trataba de sentir el sabor de cada alimento, de disfrutar verdaderamente, como es mi plato favorito, podía haber comido hasta saciarme y más, pero  dejé de comer no pensando en que debía estar delgada o evitar el colesterol sino porque mi cuerpo mi estómago y mi corazón me decían que era suficiente.


Más tardecito iré por un poquito más.